Eso, inevitablemente, accionó en mi cabeza (y muy probablemente en mi cara) una reacción de rechazo total. ODIO las imitaciones. Y cuando digo imitaciones no me refiero al diseño de las ray-ban aviadoras que venden en H&M. Sino en esa cutre excentricidad de llevar colgado del brazo un Louis Vuitton del chino de enfrente de tu casa con las siglas mas grandes que el bolso en sí. Y esto me lleva a un monologo interno sobre la obsesion del ser humano de aparentar lo que no se tiene o lo que no se es...
Como en las relaciones de pareja, imagina aquella persona a la que deseas con todas tus fuerzas, pero lamentablemente, esta fuera de tu alcance... ahora imagina que esa persona son unos Louboutin.
No los puedes tener con lo bien que te sentarian...en su lugar ves unos zapatos igualitos en cualquier tienda de chinos, a 19,95eur. Y los compras. La primera semana estarias encantada con tus nuevos zapatos, piensas en los sitios donde los vas a llevar y todo el mundo habla de lo bien que te quedan. Pero como cualquier zapato de mala calidad, te hace ampollas y heridas y eso hace que durante unos dias no te los puedas poner. Con el paso de las semanas y el uso la pintura roja de la suela se iria desconchando, las costuras deshilachando y cada dia que te los pones no puedes evitar pensar que con los Louboutin originales nunca te hubiese pasado eso...
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2 comentarios:
Como me gusta tu entrada... =)
El mundo de las imitaciones me hace pensar en muchas cosas, un buen tema para el blog.. sisisisi!!!
Ahora escribir todo eso desde la htc, es la muuuuuuuerte!!!
xDD
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